La Palizada, Vals peruano de Alejandro Ayarza “Karamanduka” e interpretado por Los Troveros Criollos en su cuarta generación, luego de 20 años de ausencia, en 1982.
Sin Pepe Ladd y Humberto Pejovés, dedicados a sus actividades profesionales en la banca y la abogacía, Lucho Garland aún asesor financiero del Ministerio de Economía y Finanzas siempre tuvo en mente materializar un proyecto con una nueva dimension musical.
Preocupado por la poca afición de la juventud peruana por la música criolla, decidió materializar sus ideas, integrando a un grupo de 10 jóvenes con una nueva generación de Los Troveros Criollos, conformada por los hermanos José y Eduardo Catter. La participación de estos jóvenes debía mostrar, que la juventud peruana era también capaz de interpretar nuestra música criolla con clase, calidad y sin perder el sabor y la escencia del criollismo.
En su afan de promover a esta juventud, Lucho Garland pasó a segundo plano su arte de guitarrista y se limitó a producir las armonías vocales del grupo. Incluso el cajón, tan exageradamente usado en la actualidad, era utilizado (en los valses) como apoyo y sin competir protagonismo con la segunda guitarra.
Este feliz proyecto fue apoyado por Panamericana Televisión (Pantel), quien lo apoyó en la producción de un disco LP, lamentablemente nunca editado en CD.
Alejandro Ayarza, nació en Lima el 21 de Julio de1884. Fue militar hasta el grado de Mayor de Caballería, pero también era criollo convicto y jaranista.
Por su juventud fue el engreído de los de la última "Palizada", grupo que seguía a los que nacieron patrióticamente en los negros días de la Lima ocupada, en el conflicto del Pacífico.
Bohemio nacionalista, escribió la Revista Teatral Música Peruana, de gran éxito a principios del Siglo XX. Fue crítico festivo de "El Comercio" y es autor de los valses La Palizada, Los Ojos del Puente, así como de la polka La Borrachera.
Es curioso como con el pasar de los años, la imagen de Alejandro Ayarza se ha romantizado . Es así como hasta su apodo “Karamanduka” es explicado por algunos como “chapa” puesta por sus amigos, ya que karamanduka, fue un panecillo pequeño y dulcete y él de baja estatura, sumamente pícaro y un “pendejo de primera”. La verdad era menos frívola: el gordito Karamanduka era llamado así, por tener la cara redonda como el panecillo del mismo nombre.
Según Carlos Leyva (1999) a Karamanduka le correspondió el primer intento de asumir el vals criollo por un grupo social distinto a su legítimo creador. Es decir, por los sectores dominantes.
La representatividad de A. Ayarza es discutida entre los propios criollos. Abelardo Gamarra, el Tunante, critica al grupo La Palizada, de Ayarza comparandolos con la mafia siciliana. El compositor Manuel Acosta Ojeda (2008) comentaba: “Karamanduka era un tremendo zamarro parapetado en su apellido y en sus amigotes, los niños bien que formaban su patota La Palizada. Era el blanquito, que entra a pelear con el negro, sabiendo que no iban a poder pegarle, porque si tú eras negro, botaban a tu mamá que era cocinera, a tu papa que era chofer, a tu tío que era jardinero, etc y tu familia tenía que irse a trabajar a Cañete. Entonces el señor éste y sus amigos hacían lo que les daba la gana”.
El nombre La Palizada venía justamente de la similitud que tenía la llegada de estos niños bien a todas las fiestas, con los desbordes del Río Rimac trayendo de todo (piedras, palos, etc) y entrando hasta las casas y destruyendolo todo.LA PALIZADA – LETRAS Somos los niños más engreídos
en esta noble y bella ciudad,
Somos los niños más consentidos
por nuestra gracia y vivacidad.
En la jarana somos señores y
hacemos flores con el cajón
y si se ofrece tirar trompadas,
también tenemos disposición.
Y así pasamos horas felices
con la guitarra, con el cajón
Y así olvidamos los sufrimientos
con los sabores del rico ron.
Pasame la agüilla, la agüilla, la agüilla,
la agüilla, la agüilla
Yo no te la paso morenita, ni de raspadilla.
Pasame la agüilla, la agüilla, la agüilla,
que así las educa
a la muchachada de Karamanduka.
Pero pasame la viola, la viola, la viola,
la viola, la viola
Yo no te la paso china chola, ni de carambola.
Pasame la agüilla, la agüilla, la agüilla,
que así las educa
a la muchachada de Karamanduka.
Vengan copitas de licor sano,
vengan copitas, sin dilación,
Venga ese rico cognac peruano
que vulgarmente llamamos ron.
Vivan los hombres de gran valía,
viva el dinero, viva el amor,
Vivan las hembras, la pulpería
y el aguardiente que da valor.
Pasame la agüilla, la agüilla, la agüilla,
la agüilla, la agüilla
Yo no te la paso morenita, ni de raspadilla.
Pasame la agüilla, la agüilla, la agüilla,
que así las educa
a la muchachada de Karamanduka.
Pero pasame la viola, la viola, la viola,
la viola, la viola
Yo no te la paso china chola, ni de carambola.
Pasame la agüilla, la agüilla, la agüilla,
que así las educa
a la muchachada de Karamanduka. |