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La vida es como el arroyo, que va corriendo hacia el mar. Hoy cruza campo de flores, mañana seco arenal.
Yo quisiera bañarme en el agua dormida de tus ojos tranquilos, soñadores y buenos; reposar mi cansancio sobre la florecida blancura de tus castos y maravillosos senos.
Beber el vino sacro en la copa tallada, en la copa tallada de tus labios bermejos y amarnos mucho, mucho, hasta que seamos viejos. |
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