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Aquella noche de invierno, que me brindabas tu besos
Nunca la olvidaré.
Ella será el recuerdo más grande de mi vida,
porque mi amor eterno lo juré ante una cruz.
Y en esa noche vivía los ratos maravillosos
de la felicidad
Mi corazón henchido, alegre palpitaba
de dicha y alegría al verte junto a mí.
Aquella noche mi alma te entregué,
porque estaba encantado de soñar
Con la ilusión más grande de tu amor,
para no despertar.
Y desde aquel momento soy feliz,
porque recusitó mi corazón,
que estaba muerto en vida por una decepción. |
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